Hubo un tiempo, lejano, de Dioses
colmado de plenitud y esperanza.
Hubo un tiempo de gracias y dones
donde danzábamos en semejanza.
De pronto la vanidad se presentó,
altiva y recia, deformando al hombre
y la sombra de la caverna se asentó
en los corazones del ser pobre.
Los Dioses moraban en la llanura
y el vanidoso los expulsó al mar,
bailando en agua con gran ternura
fueron desterrados a remar.
El esfuerzo los llevó a la montaña,
Dioses oteando el claro horizonte
pero la envidia ataca con saña
y su destino se aleja del monte.
¡Qué extraño ser el sagaz humano
incapaz de amar a sus Dioses!
Más aún cuándo levantan su mano
o rezan en las más raras poses.
Los Dioses, reales e invisibles
vuelven sus ojos al espíritu eterno
lanzándote mensajes poco posibles
pero plenos de amor paterno.
En nuestros corazones se asientan
convencidos de nuestro bello futuro,
dónde la maldad fría no se menta
y el caminar no huele a cianuro.
colmado de plenitud y esperanza.
Hubo un tiempo de gracias y dones
donde danzábamos en semejanza.
De pronto la vanidad se presentó,
altiva y recia, deformando al hombre
y la sombra de la caverna se asentó
en los corazones del ser pobre.
Los Dioses moraban en la llanura
y el vanidoso los expulsó al mar,
bailando en agua con gran ternura
fueron desterrados a remar.
El esfuerzo los llevó a la montaña,
Dioses oteando el claro horizonte
pero la envidia ataca con saña
y su destino se aleja del monte.
¡Qué extraño ser el sagaz humano
incapaz de amar a sus Dioses!
Más aún cuándo levantan su mano
o rezan en las más raras poses.
Los Dioses, reales e invisibles
vuelven sus ojos al espíritu eterno
lanzándote mensajes poco posibles
pero plenos de amor paterno.
En nuestros corazones se asientan
convencidos de nuestro bello futuro,
dónde la maldad fría no se menta
y el caminar no huele a cianuro.
Bonita poesía. Un poco triste al comienzo, la envidia es nuestro talón de Aquiles, pero con un final muy positivo y optimista, esperanzador
ResponderEliminarFenomenal poesía, la vanidad y arrogancia de los seres humanos autodestruye su especie, a pesar del esfuerzo de los Dioses por nuestra pacífica convivencia.
ResponderEliminarYa lo decía Schopnmehauer..."El hombre es en el fondo un animal terrible y cruel. Lo conocemos como ha sido domesticado y educado por lo que conocemos como civilización".
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