Hergé nos ha regalado con sus viñetas inolvidables momentos. Sus personajes, desde nuestra infancia, han creado un universo paralelo a nuestra realidad con un código de honor exquisito. Y aquí haremos nuestra primera parada: el honor que derrocha el protagonista de sus viñetas, Tintín, no deja de ser similar al de personajes legendarios de la novela medieval: Perceval, Arturo, Gawain...todos ellos ligados a la eterna búsqueda del Santo Grial. Las aventuras y desventuras de unos y otros van ligadas a un alto código de conducta social con un mismo fin: buscar y/ó desvelar la verdad oculta. El verdadero premio es el aprendizaje como camino hacia la iniciación en busca de lo perfecto o inalcanzable. En ese camino el rastro dejado por estos personajes novelescos es el de un héroe. Tintín desde sus primeros álbunes también lo es.
Como el Juego de la Oca, Tintín es un transmisor de virtudes ocultas disfrazado de diversión infantil. Cada casilla de la Oca representa un paso adelante en nuestra gnosis y así también cada viñeta que dibujará Hergé es un paso más hacia el conocimiento. No sólo se trata de divertirse, significa algo más profundo. También lo ejemplificaban aquellos cuentos "sencillos" llamados: Blancanieves, Caperucita Roja, etc... ; la información o aprendizaje subyace oculta entre una maraña de datos divertidos, simples y directos. Estos últimos son capaces de llegar a todo el que bucee entre sus páginas, los primeros suelen permanecer ocultos a los ojos de la mayoría...
Tintín nos ha enseñado a viajar y respetar las culturas milenarias, de las cuales el mundo occidental debe aprender aún mucho. Quizás cuando desaparezca el velo de la soberbia y la vanidad ó quizás el equilibrio mundial debe volver a dar un giro para darnos cuenta. El compañerismo demuestra ser en sus viñetas básico para alcanzar metas, recordando a aquellos dos templarios subidos en un sólo corcel (símbolo presente en multitud de sellos e inscripciones templarias, era una imagen de la que gustaban representarse). Haddock y Tintín podían ser esos dos templarios que en un símbolo de unión son capaces de avanzar juntos hacia el misterio y llegar al fin del conocimiento. El corcel podría ser Milú, y como les gustaba a los caballeros del Temple hablamos de un animal bien considerado con amplio protagonismo. Esto también podría evocar la visión oriental, que tanto atraía a Hergé, del mundo animal.
Hay un loco alquímico en la obra, no es otro que el Profesor Tornasol, extraño y solitario pero a la vez un ser profundo y versado. Tiene todos los ingredientes para que el producto final sea explosivo e innovador, para mostrar los avances a los que lleva el conocimiento oculto. Y sin embargo su fachada es la del sabio despistado y desaliñado, una vez más la primera impresión no es la que cuenta...como en Blancanieves, cuando todos la dan por muerta. El comic llamado El asunto Tornasol, una de sus obras por excelencia, nos muestra este planteamiento.
Será este mismo sabio "loco", Silvestre Tornasol, el que lleve a Tintín y su eterno compañero Haddock a la luna. Nada tendría de interesante esto en el contexto actual, pero publicar Aterrizaje en la Luna en el año 1954 es ya decir mucho. El Apolo XI, la nave en la que iban los sueños de toda la humanidad, pisa la superficie lunar en el año 1969 tras una disparatada y disputada carrera lunar. 14 años antes Hergé adelanta esas pugnas políticas en Objetivo: La Luna, a su lectura me remito. Por no hablar de los múltiples detalles que aún hoy nos asombran de la llegada a la Luna de Tintín y compañía; y precisamente nos asombran porque la mayoría de los lectores de Hergé recordamos la Luna tal como él nos la describe, es decir, con esa gravedad, con esa luz, con esos minerales, con esa orografía...lo curioso es que 14 años después las imágenes del Apolo XI nos confirmaran estos detalles. Hergé había pasado a la historia del misterio como protagonista, como Julio Verne lo hizo en su día con sus obras proféticas.
Podríamos recordar muchas más obras y aventuras, como aquellas en las que viaja por Egipto o por una China ocupada por el Japón Imperial ó en las que relata la piratería y el contrabando y una por una todas tienen un toque especial, una enseñanza oculta. La aparición del Yeti en el Tibet no es simbólica, nos lega un mensaje cifrado de otras especies humanas, paralelas a la nuestra tal como hoy la Ciencia está demostrando. Entre medias, aparecen personajes de todo tipo y dos destacan en multitud de episodios: Hernández y Fernández no son más que el reflejo de una sociedad aletargada y en posesión de la verdad, una verdad tangible que sin embargo se escapa como el agua entre los dedos de la mano y sin embargo siguen teniendo ocasión de conocer y aprender pero una y otra vez el agua se diluye entre sus dedos.
No quisiera terminar estas líneas sin hablar de la obra mistérica por excelencia de Tintín: Vuelo 714 para Sidney. Un vuelo que nunca llegó a su destino final pero que sin embargo en su aterrizaje de emergencia nos revela un pasado desconocido para nuestra civilización y unas verdades demasiado potentes para los débiles sentidos humanos. Ezdanitoff hace de médium entre nuestros aventureros y una civilización extraterrestre para lograr salvarles el pellejo, Ezdanitoff no es más que un bosquejo que Hergé se inventa para mostrarnos a Jacques Bergier, autor de El retorno de los Brujos. Una de esas obras mistéricas que supusieron un golpe en la conciencia humana, una obra llena de conocimiento oculto y que Hergé admiraba. Así no duda en copiar la figura de Bergier y plasmarla en su obra como la de Ezdanitoff, un iniciado que es capaz de contactar con otros mundos....inquietante cuanto menos. La foto que muestro es prueba de su parecido. A Tintín y Haddock no les estará reservado recordar nada después de su aventura, la amnesia que les provocan los extraterrestres tras su breve relación explica un concepto profundo: incluso los que buscan la verdad y están iniciados, Tintín por ejemplo, no deben recibir conocimientos exagerados pues el aprendizaje debe ser gradual, igual que los miembros de una Logia Masónica lo hacen.
En definitiva, hay mucho misterio no revelado a ojos de los mortales, misterio que uno puede ir desentrañando, únicamente, con paciencia y valor así como constancia. Muchos autores de lo oculto argumentan que sabio no es el que alardea conocimientos o expone con seguridad, sino el "loco" que es incomprendido; su manera de transmitirnos enseñanzas se hace velando la información.
La teoría aquí expuesta no responde a ningún texto o autor, sino simplemente a la reflexión personal que durante años he madurado sobre Hergé y su obra. Creer o no....esa es la gran cuestión de la humanidad. Mientras se piensa en ello ¡cuánto conocimiento se nos escapa!
Como el Juego de la Oca, Tintín es un transmisor de virtudes ocultas disfrazado de diversión infantil. Cada casilla de la Oca representa un paso adelante en nuestra gnosis y así también cada viñeta que dibujará Hergé es un paso más hacia el conocimiento. No sólo se trata de divertirse, significa algo más profundo. También lo ejemplificaban aquellos cuentos "sencillos" llamados: Blancanieves, Caperucita Roja, etc... ; la información o aprendizaje subyace oculta entre una maraña de datos divertidos, simples y directos. Estos últimos son capaces de llegar a todo el que bucee entre sus páginas, los primeros suelen permanecer ocultos a los ojos de la mayoría...
Tintín nos ha enseñado a viajar y respetar las culturas milenarias, de las cuales el mundo occidental debe aprender aún mucho. Quizás cuando desaparezca el velo de la soberbia y la vanidad ó quizás el equilibrio mundial debe volver a dar un giro para darnos cuenta. El compañerismo demuestra ser en sus viñetas básico para alcanzar metas, recordando a aquellos dos templarios subidos en un sólo corcel (símbolo presente en multitud de sellos e inscripciones templarias, era una imagen de la que gustaban representarse). Haddock y Tintín podían ser esos dos templarios que en un símbolo de unión son capaces de avanzar juntos hacia el misterio y llegar al fin del conocimiento. El corcel podría ser Milú, y como les gustaba a los caballeros del Temple hablamos de un animal bien considerado con amplio protagonismo. Esto también podría evocar la visión oriental, que tanto atraía a Hergé, del mundo animal.
Hay un loco alquímico en la obra, no es otro que el Profesor Tornasol, extraño y solitario pero a la vez un ser profundo y versado. Tiene todos los ingredientes para que el producto final sea explosivo e innovador, para mostrar los avances a los que lleva el conocimiento oculto. Y sin embargo su fachada es la del sabio despistado y desaliñado, una vez más la primera impresión no es la que cuenta...como en Blancanieves, cuando todos la dan por muerta. El comic llamado El asunto Tornasol, una de sus obras por excelencia, nos muestra este planteamiento.
Será este mismo sabio "loco", Silvestre Tornasol, el que lleve a Tintín y su eterno compañero Haddock a la luna. Nada tendría de interesante esto en el contexto actual, pero publicar Aterrizaje en la Luna en el año 1954 es ya decir mucho. El Apolo XI, la nave en la que iban los sueños de toda la humanidad, pisa la superficie lunar en el año 1969 tras una disparatada y disputada carrera lunar. 14 años antes Hergé adelanta esas pugnas políticas en Objetivo: La Luna, a su lectura me remito. Por no hablar de los múltiples detalles que aún hoy nos asombran de la llegada a la Luna de Tintín y compañía; y precisamente nos asombran porque la mayoría de los lectores de Hergé recordamos la Luna tal como él nos la describe, es decir, con esa gravedad, con esa luz, con esos minerales, con esa orografía...lo curioso es que 14 años después las imágenes del Apolo XI nos confirmaran estos detalles. Hergé había pasado a la historia del misterio como protagonista, como Julio Verne lo hizo en su día con sus obras proféticas.
Podríamos recordar muchas más obras y aventuras, como aquellas en las que viaja por Egipto o por una China ocupada por el Japón Imperial ó en las que relata la piratería y el contrabando y una por una todas tienen un toque especial, una enseñanza oculta. La aparición del Yeti en el Tibet no es simbólica, nos lega un mensaje cifrado de otras especies humanas, paralelas a la nuestra tal como hoy la Ciencia está demostrando. Entre medias, aparecen personajes de todo tipo y dos destacan en multitud de episodios: Hernández y Fernández no son más que el reflejo de una sociedad aletargada y en posesión de la verdad, una verdad tangible que sin embargo se escapa como el agua entre los dedos de la mano y sin embargo siguen teniendo ocasión de conocer y aprender pero una y otra vez el agua se diluye entre sus dedos.
No quisiera terminar estas líneas sin hablar de la obra mistérica por excelencia de Tintín: Vuelo 714 para Sidney. Un vuelo que nunca llegó a su destino final pero que sin embargo en su aterrizaje de emergencia nos revela un pasado desconocido para nuestra civilización y unas verdades demasiado potentes para los débiles sentidos humanos. Ezdanitoff hace de médium entre nuestros aventureros y una civilización extraterrestre para lograr salvarles el pellejo, Ezdanitoff no es más que un bosquejo que Hergé se inventa para mostrarnos a Jacques Bergier, autor de El retorno de los Brujos. Una de esas obras mistéricas que supusieron un golpe en la conciencia humana, una obra llena de conocimiento oculto y que Hergé admiraba. Así no duda en copiar la figura de Bergier y plasmarla en su obra como la de Ezdanitoff, un iniciado que es capaz de contactar con otros mundos....inquietante cuanto menos. La foto que muestro es prueba de su parecido. A Tintín y Haddock no les estará reservado recordar nada después de su aventura, la amnesia que les provocan los extraterrestres tras su breve relación explica un concepto profundo: incluso los que buscan la verdad y están iniciados, Tintín por ejemplo, no deben recibir conocimientos exagerados pues el aprendizaje debe ser gradual, igual que los miembros de una Logia Masónica lo hacen.
En definitiva, hay mucho misterio no revelado a ojos de los mortales, misterio que uno puede ir desentrañando, únicamente, con paciencia y valor así como constancia. Muchos autores de lo oculto argumentan que sabio no es el que alardea conocimientos o expone con seguridad, sino el "loco" que es incomprendido; su manera de transmitirnos enseñanzas se hace velando la información.
La teoría aquí expuesta no responde a ningún texto o autor, sino simplemente a la reflexión personal que durante años he madurado sobre Hergé y su obra. Creer o no....esa es la gran cuestión de la humanidad. Mientras se piensa en ello ¡cuánto conocimiento se nos escapa!
Lo único que puedo decirte es que has despertado en mí la curiosidad y las ganas por leer algo de Tintín; el primer cómic que leeré será: Vuelo 714 para Sidney o Aterrizaje en la Luna. Tras su lectura, volveré aquí y dejaré otro comentario, mientras tanto, seguiré leyendo tus entradas. Besos.
ResponderEliminarTengo a mis niños emocionados con estos comics . Cada dos por tres abren el cofre de la edición del centenario y se ponen a leer...y siempre se acuerdan del amigo de su papá, al que le gusta tanto Tintín y que encima es del Atleti. Muchas gracias por abrirme los ojos a este personaje. Realmente esconde un montón de valores que me gustaría que mis hijos aprendieran. Yo también estoy devorando los libros (ya me he leído: Tintín en el Congo, Tintín en América y ahora estoy con Los cigarros del Faraón...voy a leermerlos todos en su orden correspondiente. Otra vez magnífica entrada. Muchas gracias...Por cierto, ¿alguién ha hablado de la posible homosexualidad de este rubio con flequillo?. Es solo un dato que me parece curioso
ResponderEliminarEs posible que su falta de relación con mujeres pueda ser vista desde esa óptica. No obstante, Hergé siempre dijo que buscaba la independencia de Tintín en todos los ámbitos: no se le relaciona con ningún periódico y eso que es un periodista famoso ó no se le relaciona con mujeres y eso que es admirado. Hubiera sido enredarse en tramas innecesarias ya que el mensaje es otro. Aunque por la cabeza de Hergé, como ser humano críptico que fué, podían pasar muchas cosas así que nada es seguro.
ResponderEliminarLo prometido es deuda y en su día dije: volveré a esta entrada cuando haya leído alguna "aventura" de Tintin, como tú muy bien sabes ya he leído una, "Vuelo 714 para Sidney", como también tú muy bien sabes, me ha gustado y claro, estoy deseando leer la siguiente aventura, "Aterrizaje en la Luna". Te doy de nuevo mis felicitaciones por tu entrada, y recomiendo a todo el mundo leer los comics de Tintin, yo estoy en ello.
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