Todo arranca un 20 de Diciembre, año 1973. El régimen del General Franco está viviendo su ocaso y ello aviva el furor asesino de ETA, creyendo firmemente que al final del camino serían recompensados por su entrega. Esa mañana es asesinado Luis Carrero Blanco, Presidente del Consejo de Ministros y -según los mentideros más influyentes- futuro sucesor de Franco. Quince minutos antes de su muerte, diez mienbros de CCOO son encarcelados y, más atrás aún, el día antes Henry Kissinger -con la bendición de la CIA- adelanta su regreso a EEUU y abandona España precipitadamente...tanto la izquierda española como los americanos se jactan de la muerte de Carrero Blanco; de los primeros es bien sabido que no dudaban en entonar canciones del "vuelo" del Almirante Carrero y de los segundos valgan estas palabras de Kissinger: "Un estorbo menos para España, ETA os ha hecho un gran favor". Al parecer, hay otro diálogo inquietante, durante el entierro de Carrero, entre Franco y la viuda de aquel dónde esta última le echa en cara la muerte y Franco se limita a ofrecerle ayuda. Todo normal hasta aquí, pero la insistencia de la viuda en que todos -sin excepción- habían matado a su marido y que el gobierno franquista era cómplice por su silencio nos despierta dudas en toda esta trama.
Pasan los años y no por ello cesan los rumores conspirativos sobre la cercanía de la embajada americana -con respecto al túnel cavado por el Comando de ETA- o la posibilidad de una trama conjunta. Una trama en la que al parecer también se suman varios estamentos franquistas. El nexo de unión parece ser Kissinger y su pertenencia al todopoderoso Club Bilderberg; la sociedad secreta de los estamentos privilegiados que ha tejido la más poderosa telaraña en España desde entonces. Desde ese día, con el consentimiento de todos, estamos bajo una dictadura silenciosa que ya copaba el mundo occidental tras el apocalipsis de la Segunda Guerra Mundial. Como consecuencia de todo ello la subversión política significa sublevación y no existen vías alternativas de acceso al poder ya que la telaraña tejida se hace impenetrable cuándo uno quiere zafarse de su impuesta democracia o partidocracia.
Pero volvamos a España, muerto Franco se designa jefe de Estado a Juan Carlos I quién curiosamente está casado con Sofía de Grecia (obvio poner el Don delante de cualquier nombre en este artículo, por convicción moral así como por creer en la IGUALDAD y no en los estamentos del pasado), una de las personas pertenecientes al Club o sociedad secreta Bilderberg. Cómo no entiendo de casualidades y el destino tampoco ha debido jugar limpio, resulta sorprendente su afán por dejarlo todo bien atado.
Traslademos la lupa hacia delante: vamos a posicionarnos en el 23 de Febrero de 1981. El país se debate en el Congreso, a la par que en las calles, en una lucha contrarreloj por instaurar una partitocracia dónde debe acabar imperando la doctrina de los de siempre, el capital. En esto la organización ETA sigue sembrando España de pánico y terror, sobre todo entre los militares a los que acosa sin descanso; esta salida de tono de ETA provoca que la saquen del tablero de juego y la muestren, aquellos hombres de negro que manejan los hilos, que por el momento se ha acabado el pacto con ellos. En esta tesitura, aquellos manipuladores del club "secreto", no tendrán problema alguno en organizar una pantomima, una fantochada al estilo Far West, demostrando que los militares todavía conservan ansias de poder. En un día el supuesto golpe de Estado queda controlado y las fichas utilizadas, simples marionetas, son ajusticiadas públicamente en el disparadero mediático. El objetivo está conseguido con creces: la partitocracia absolutista gana influencia, debilita la moral de ETA que ven cómo los militares aún tienen fuerza y, a la vez en un movimiento magistral y paradójico, entierra definitivamente, por el fiasco en sí mismo, el ímpetu de los militares españoles que a partir de aquí se subyugan al poder. Este es el verdadero Harakiri de los últimos franquistas, aquellos que aún no habían sido conscientes que todo empezó con y por Franco en el poder.
Durante los juicios posteriores, a militares implicados en el Golpe de Estado, destacan las amenazas de un oficial ante la acusación de un compañero castrense: "si me sigues preguntando porque actué así el 23 de Febrero lo mismo deberías contar tú porque actuamos de aquella manera con la muerte de Carrero". Efecto inmediato, silencio absoluto y desvío de las preguntas hacia temas más irrelevantes. Las conclusiones son evidentes hasta para un ciego, ¿o no?
A partir de aquí, surgen años dónde izquierda y derecha se diluyen en un bipartidismo neo-liberal que nos gobierna desde entonces. Surgen muchos escándalos, se conocen infinidad de casos de corrupción, múltiples desigualdades sociales pero parece dar igual al resto de los españoles. Y esto es gracias al suero con el que nos han sedado: la sociedad del bienestar. La misma que nos ofrece caprichos inútiles con los que satisfacer nuestros deseos para así no tener tiempo de pensar en la telaraña que nos rodea. Una sociedad inmoral, no por sus pasiones o deseos sino por el individualismo creciente, que olvida sentimientos sagrados y entierra la propia antropología de un pueblo, el cual tiende hacia el voraz materialismo y el oscuro hedonismo. Son muchos años de democracia dónde todos los actores implicados, políticos, sindicatos, patronal o jueces, demuestran que el tablero es suyo y nosotros, sus fichas, jugaremos cuándo a ellos les plazca.
Muchos de estos influyentes y poderosos españoles pasan por el Bilderberg: Felipe González, Narcís Serra, Pedro Solbes, Esperanza Aguirre, Rodrigo Rato, Javier Solana, Jordi Puyol, Federico Trillo, Emilio Ybarra, Carlos Ferrer Salat, Jaime de Carvajal y Urquijo, Ana Patricia Botín, Jesús de Polanco, etc...la lista es bastante amplia. Las casualidades siguen sin existir cuándo uno lee estos nombres.
A estos personajes, que se autodenominan ilustres a sí mismos, les debemos la sociedad actual, la España de hoy día sumida en el caos social y económico más duro desde el primer tercio del siglo XX
Vamos a retroceder en el tiempo una última vez: la ingrata fecha del 11 de Marzo de 2004 supone una de las mañanas más tristes para el pueblo español. La conmoción y el sufrimiento inicial dejaron paso a la ira y esta acabó enfrentando a los dos miembros selectos de la partitocracia española. Mentiras y más mentiras de uno y otro partido que sólo velaban por sus intereses sin interesarse por las víctimas y su dolor. Nos envuelven, a la mayoría, haciendo creer que socialistas o populares son la verdad y la plebe no es consciente que ambos son la infamia en sí misma. Y nadie sabe que la noche del 11 al 12 de Marzo, la policía científica que buscaba pruebas en Atocha y otras estaciones de tren madrileñas son sacados del lugar de los hechos de forma brusca y sin explicaciones mientras observan como entran a la escena del crimen unos señores -los famosos hombres de negro en el ámbito conspirativo- que nadie conoce. ¿Por qué?
Que no nos embauquen más en sus intereses y por supuesto que no surjan partidos cómplices y advenedizos en estas circunstancias. Todos los actores implicados están corruptos y han permitido esta sociedad acosada y temerosa en favor del privilegiado.
Un último dato: en 2010 se reune en Sitges el club Bilderberg y hasta allí llega Zapatero invitado de honor para exponer sus teorías junto a los más grandes conspiradores mundiales, aquellos que siguen siendo fieles al neo-liberalismo, la falta de escrúpulo respecto a la humanidad y poseedores de los privilegios. Y la reunión, en medio de la galopante crisis española, supone un gasto inmenso en materia de seguridad a las arcas españolas. Mientras millones de españoles, engañados y desahuciados, son cómplices sin querer.
Aquello que empezó con la Operación Ogro en el asesinato de Carrero Blanco parece no tener fin. La telaraña no es sólo española sino mundial y haría falta mucha fuerza para cortarla. Si ahora despiertas, si es el momento en que abres los ojos y si, en definitiva, tu espíritu ya se siente libre del suero puede ser un buen comienzo para que vuelva a salir el sol.
Pasan los años y no por ello cesan los rumores conspirativos sobre la cercanía de la embajada americana -con respecto al túnel cavado por el Comando de ETA- o la posibilidad de una trama conjunta. Una trama en la que al parecer también se suman varios estamentos franquistas. El nexo de unión parece ser Kissinger y su pertenencia al todopoderoso Club Bilderberg; la sociedad secreta de los estamentos privilegiados que ha tejido la más poderosa telaraña en España desde entonces. Desde ese día, con el consentimiento de todos, estamos bajo una dictadura silenciosa que ya copaba el mundo occidental tras el apocalipsis de la Segunda Guerra Mundial. Como consecuencia de todo ello la subversión política significa sublevación y no existen vías alternativas de acceso al poder ya que la telaraña tejida se hace impenetrable cuándo uno quiere zafarse de su impuesta democracia o partidocracia.
Pero volvamos a España, muerto Franco se designa jefe de Estado a Juan Carlos I quién curiosamente está casado con Sofía de Grecia (obvio poner el Don delante de cualquier nombre en este artículo, por convicción moral así como por creer en la IGUALDAD y no en los estamentos del pasado), una de las personas pertenecientes al Club o sociedad secreta Bilderberg. Cómo no entiendo de casualidades y el destino tampoco ha debido jugar limpio, resulta sorprendente su afán por dejarlo todo bien atado.
Traslademos la lupa hacia delante: vamos a posicionarnos en el 23 de Febrero de 1981. El país se debate en el Congreso, a la par que en las calles, en una lucha contrarreloj por instaurar una partitocracia dónde debe acabar imperando la doctrina de los de siempre, el capital. En esto la organización ETA sigue sembrando España de pánico y terror, sobre todo entre los militares a los que acosa sin descanso; esta salida de tono de ETA provoca que la saquen del tablero de juego y la muestren, aquellos hombres de negro que manejan los hilos, que por el momento se ha acabado el pacto con ellos. En esta tesitura, aquellos manipuladores del club "secreto", no tendrán problema alguno en organizar una pantomima, una fantochada al estilo Far West, demostrando que los militares todavía conservan ansias de poder. En un día el supuesto golpe de Estado queda controlado y las fichas utilizadas, simples marionetas, son ajusticiadas públicamente en el disparadero mediático. El objetivo está conseguido con creces: la partitocracia absolutista gana influencia, debilita la moral de ETA que ven cómo los militares aún tienen fuerza y, a la vez en un movimiento magistral y paradójico, entierra definitivamente, por el fiasco en sí mismo, el ímpetu de los militares españoles que a partir de aquí se subyugan al poder. Este es el verdadero Harakiri de los últimos franquistas, aquellos que aún no habían sido conscientes que todo empezó con y por Franco en el poder.
Durante los juicios posteriores, a militares implicados en el Golpe de Estado, destacan las amenazas de un oficial ante la acusación de un compañero castrense: "si me sigues preguntando porque actué así el 23 de Febrero lo mismo deberías contar tú porque actuamos de aquella manera con la muerte de Carrero". Efecto inmediato, silencio absoluto y desvío de las preguntas hacia temas más irrelevantes. Las conclusiones son evidentes hasta para un ciego, ¿o no?
A partir de aquí, surgen años dónde izquierda y derecha se diluyen en un bipartidismo neo-liberal que nos gobierna desde entonces. Surgen muchos escándalos, se conocen infinidad de casos de corrupción, múltiples desigualdades sociales pero parece dar igual al resto de los españoles. Y esto es gracias al suero con el que nos han sedado: la sociedad del bienestar. La misma que nos ofrece caprichos inútiles con los que satisfacer nuestros deseos para así no tener tiempo de pensar en la telaraña que nos rodea. Una sociedad inmoral, no por sus pasiones o deseos sino por el individualismo creciente, que olvida sentimientos sagrados y entierra la propia antropología de un pueblo, el cual tiende hacia el voraz materialismo y el oscuro hedonismo. Son muchos años de democracia dónde todos los actores implicados, políticos, sindicatos, patronal o jueces, demuestran que el tablero es suyo y nosotros, sus fichas, jugaremos cuándo a ellos les plazca.
Muchos de estos influyentes y poderosos españoles pasan por el Bilderberg: Felipe González, Narcís Serra, Pedro Solbes, Esperanza Aguirre, Rodrigo Rato, Javier Solana, Jordi Puyol, Federico Trillo, Emilio Ybarra, Carlos Ferrer Salat, Jaime de Carvajal y Urquijo, Ana Patricia Botín, Jesús de Polanco, etc...la lista es bastante amplia. Las casualidades siguen sin existir cuándo uno lee estos nombres.
A estos personajes, que se autodenominan ilustres a sí mismos, les debemos la sociedad actual, la España de hoy día sumida en el caos social y económico más duro desde el primer tercio del siglo XX
Vamos a retroceder en el tiempo una última vez: la ingrata fecha del 11 de Marzo de 2004 supone una de las mañanas más tristes para el pueblo español. La conmoción y el sufrimiento inicial dejaron paso a la ira y esta acabó enfrentando a los dos miembros selectos de la partitocracia española. Mentiras y más mentiras de uno y otro partido que sólo velaban por sus intereses sin interesarse por las víctimas y su dolor. Nos envuelven, a la mayoría, haciendo creer que socialistas o populares son la verdad y la plebe no es consciente que ambos son la infamia en sí misma. Y nadie sabe que la noche del 11 al 12 de Marzo, la policía científica que buscaba pruebas en Atocha y otras estaciones de tren madrileñas son sacados del lugar de los hechos de forma brusca y sin explicaciones mientras observan como entran a la escena del crimen unos señores -los famosos hombres de negro en el ámbito conspirativo- que nadie conoce. ¿Por qué?
Que no nos embauquen más en sus intereses y por supuesto que no surjan partidos cómplices y advenedizos en estas circunstancias. Todos los actores implicados están corruptos y han permitido esta sociedad acosada y temerosa en favor del privilegiado.
Un último dato: en 2010 se reune en Sitges el club Bilderberg y hasta allí llega Zapatero invitado de honor para exponer sus teorías junto a los más grandes conspiradores mundiales, aquellos que siguen siendo fieles al neo-liberalismo, la falta de escrúpulo respecto a la humanidad y poseedores de los privilegios. Y la reunión, en medio de la galopante crisis española, supone un gasto inmenso en materia de seguridad a las arcas españolas. Mientras millones de españoles, engañados y desahuciados, son cómplices sin querer.
Aquello que empezó con la Operación Ogro en el asesinato de Carrero Blanco parece no tener fin. La telaraña no es sólo española sino mundial y haría falta mucha fuerza para cortarla. Si ahora despiertas, si es el momento en que abres los ojos y si, en definitiva, tu espíritu ya se siente libre del suero puede ser un buen comienzo para que vuelva a salir el sol.
Que pena, que tristeza de sociedad, nos tienen engañados y no nos damos cuenta
ResponderEliminarRealmente somos hormiguitas en un país donde nos dejan votar cada cuatro años, haciéndonos creer que elegimos algo. Esta Democracia bipartidista en las que los unos y los otros se reparten el "cortijo". Ambos son actores necesarios en este juego de poder.
ResponderEliminarSaludos, Bro,