¿Y si Don Quijote de la Mancha fuera un personaje "desconocido" para la mayor parte de los lectores? ¿ Y si sus andanzas guardan relación con un mensaje oculto? ¿Sería por tanto Cervantes un "iniciado"? ¿Existirá o existió algún lector en el mundo capaz de descifrar estas incógnitas?
Preguntas que posiblemente no tengan respuesta, desgraciadamente.
Lo que si debe ser transmitido es la relación de códigos y comportamientos sociales que Cervantes plasmó en Don Quijote de la Mancha : lealtad, camaradería, orgullo, espíritu de lucha y mucha ilusión, tanta cómo la de ese niño que todos llevamos dentro y, en ocasiones, no dejamos respirar. El Caballero de la Triste Figura, es decir Don Quijote, nunca se rindió porque ninguna situación le parecía a priori imposible. Pero tampoco su fiel escudero Sancho lo hizo, incluso en los momentos dónde se achicaba siempre daba la cara -a veces partida- por su amo. Un ejemplo a seguir en las situaciones cotidianas con las que tenemos que lidiar, una muestra que la ilusión o el compañerismo pueden más que la negatividad y el egoísmo.
Es una novela -famosa dónde las haya- pero tiene mucho significado oculto por descubrir. Algunos ríen leyendo sus líneas, otros sin embargo lloran y a unos pocos les despierta unos sentimientos que creían enterrados hace años. A esos pocos van estas líneas, a los que son capaces de discernir la alegría en la más oscura noche y, sobre todo, a los que ven salir el sol todos los días de su vida independientemente de si este calienta en demasía o apenas brilla oculto entre las nubes.
Don Quijote de la Mancha es una obra que, cómo aquellos cuentos "para niños", encierra moralejas muy valiosas. Lo destacado de esta obra es que es capaz de encerrar muchas enseñanzas en diferentes partes del libro. Esto, debidamente velado con el sello de la locura y la firma de lo extravagante y a veces vulgar en alguno de sus personajes, hace que estemos ante una obra sin igual en la literatura española.
Muchos vendrán, sin ilusión vital, y tacharán de "iluminado" al autor de estas líneas, mofándose de aquellos que vemos ese plus de mística, y misterio, en algún tipo de arte. A todos ellos les diría que abrieran los ojos y observaran que su realidad no es la única y que lo imposible a veces se hace realidad, sólo cuesta un poco más. A todos ellos les diría que leyeran El Quijote no con el raciocinio de un adulto sino con la pasión de un niño. Entonces la locura del protagonista quizás no sea lo fundamental, sino la pasión con la que vive y enlaza aventura tras aventura; es vida en estado puro más allá de lo material, conjugando lo divino y lo terrenal.
Que el Caballero de la Triste Figura ilumine nuestro sendero con sus "locuras".
Breve y escueto, pero muy bueno.
ResponderEliminarMe encanta Don Quijote; que sabio e ¿iluminado? Cervantes, nunca había pensado en él como tal pero leyendo tus notas dudo, lo que está claro es que fue y es uno de los grandes.
ResponderEliminarYo tengo que hacer un trabajo de Él,al principio lo veía un poco aburrido pero al final me gusta mucho porque quiere enseñar que nunca hay que rendirse y que todos tenemos un mundo de imaginación.
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