Una actriz nominada al Oscar en tres ocasiones. Premiada con un globo de oro. Protagonista de films memorables de la industria cinematográfica cómo: Rebelde sin causa, West Side Story o Centauros del desierto entre muchas otras. De una belleza y atractivo comparable, en su época, a la mítica Elizabeth Taylor. Y sin embargo una extraña maldición pareció llevarla a la tumba e incluso perseguirla una vez había fallecido.
En realidad la actriz, hija de padres rusos, nace como Natalia Nikolayevna Zajarenko en San Francisco, California un 20 de Julio de 1938. Sus padres recientemente emigrados desde la antigua URSS, alertados por la tormenta que se avecinaba en Europa y hartos de los totalitarismos, deciden buscar fortuna en "la tierra de oportunidades". Pronto se dan cuenta que el apellido les puede cerrar puertas en un futuro y no dudarán, a los cuatro años de edad de la pequeña Natalia, en acudir al registro y cambiarlo por Gurdin.
Cinco años después comienza la maldición, una joven de 9 años presentada artísticamente como Natalie Wood interpreta un papel enternecedor, con los famosos almacenes Macy´s en el medio de la trama, en Miracle on 34th street. Son los primeros coletazos como Woods y la primera W que entrará en juego.
Después de ser estrella infantil, muchas voces pensaban que al llegar a la madurez se hundiría en el olvido como tantas otras veces ha ocurrido en la historia del cine. Pero Natalie Wood era una mujer de otra pasta y supo sobreponerse a las etiquetas y los tópicos para acabar dejando su huella en el paseo de la fama de Hollywood, una estrella merecida sin duda alguna. Aunque como todos los astros celestes su luz acabaría meguando en el firmamento, en su caso esto no sería por el eclipse que la pudieron producir otras estrellas sino por una tragedia mortal tan extraña como mistérica en cuanto a la aparición, por doquier, de la letra W. Remontemonos a la noche de los autos, recuperando toda la información posible.
Nuestra máquina del tiempo viaja al 29 de Noviembre de 1981. Es domingo por la tarde en la Isla Santa Catalina y una ligera brisa anuncia que a la caída del sol refrescará. Enfrente de Santa Catalina, que se encuentra al Oeste de Los Angeles, está fondeada una embarcación lujosa con tres personajes bien conocidos por la farándula americana. Tres personajes que, curiosamente, forman una triple W: Natalie Wood, su marido Robert Wagner y el amigo de la pareja Cristopher Walken. Este último junto con nuestra bella protagonista estaban terminando de rodar la película Brainstorm, todavía hoy impresiona ver en los carteles de esta película a una bellísima Wood de 43 años de edad. Su último suspiro viva. Al caer la noche, en el yate Splendor, llamado así en honor a la película Splendor in the grass (Esplendor en la hierba), se decide pasar a la mesa y comienzan a beber vino y champán sin ningún tipo de moderación. A partir de aquí las especulaciones son de todos los colores.
El informe de la policía habla de una fuerte discusión entre la triple W (Wood, Wagner y Walken) y que, esto sumado al estado etílico, lleva a Natalie Wood a embarcarse en un pequeño bote y olvidarse así de la tensión provocada por sus dos acompañantes, son las 22.30 de la noche. Casados en dos ocasiones, Wood y Robert Wagner, lo que indica el grado de inestabilidad de la pareja, eran amantes bastantes celosos y eso les pudo llevar a hablar de un rumor que circulaba por California en aquel momento: durante el rodaje de Brainstorm entre Wood y Cristopher Walken había existido un affaire sentimental. La realidad es que pocos se explican si, realmente, existió esa infidelidad como podían estar juntos la noche de los hechos. Según el peritaje policial, Natalie resbalo de esta pequeña embarcación, golpeándose el cráneo y cayendo al mar. Esta teoría y la de un posible suicidio, que también se barajó, tenían una inconsistencia y era la creencia de que Natalie Wood sentía verdadera fobia al mar, lo cual hacía raro que buscara su muerte o, simplemente, tratará de huir a través de este medio. La versión oficial, llena de dudas, nunca supo explicar la realidad y optó por hablar de accidente de Natalie Wood y evitar así un escabroso suicidio o incluso un posible asesinato.
Con el paso del tiempo se fueron sabiendo datos nuevos, contradictorios y, cuanto menos, extraños. Si aceptamos la teoría oficial del accidente, nunca entenderemos como el aviso o señal de auxilio a la Policía se hace a la 01.30 horas de la madrugada. No tiene sentido que el informe oficial diga que a las 22.30 Natalie Woods decide marcharse sola en una pequeña embarcación. ¿Qué pasa entonces en esas 3 horas que median? evidentemente alguien miente en todo este asunto.
Desde el yate Splendor, se escucha a una voz femenina pidiendo ayuda desesperadamente y en seguida, y esto es lo más extraño, oye una voz de timbre masculino que dice: "ya vamos a ayudarte". ¿Ésta voz masculina era de su marido ó de Walken? en caso que así sea, ¿por qué no la ayudan finalmente? Las conclusiones aquí pueden ser infinitas, hay que tener en cuenta que en el Splendor, además de los tres actores famosos, sólo estaba el patrón del yate del que no se sabe nada, ni siquiera el nombre. ¿Por qué este secretismo? Lo que sí se sabe es el nombre de la mujer que ofrece este testimonio: Marilyn Wayne. Sí, seguro que han caído en ello ya, una nueva W para añadir más picante al asunto.
En 1992, y como colofón a los datos misteriosos que se conocieron post-mortem, las hijas de Natalie Wood deciden salir a la palestra y ofrecer sino su versión de los hechos si más datos contradictorios. Dudan de la teoría oficial del accidente argumentando que su madre es una gran nadadora y que en el caso de que hubiera caído al mar no hubiera tenido problemas para sobrevivir, más aún teniendo en cuenta que el golpe recibido no fue tan fuerte como para dejarla K.O. Pero además, y esto es lo que más páginas ha llenado, es que Natalie Wood había confesado a sus hijas, días antes de morir, que algo la atormentaba y provocaba una falta de sueño en los últimos días. No dijo más Natalie y las hijas especularon dejando entrever que había un lío amoroso-celoso en el medio de todo ello y que, esto mismo precisamente, la llevó a la muerte en el mar tras ser golpeada voluntariamente por uno de sus acompañantes. La Policía no volvió a abrir el caso dando carpetazo final al suceso. El yate Splendor, recordatorio de su consagración como actriz en Esplendor en la hierba, quizás vivió un suicidio parodiando al personaje que interpretaba en el citado film, Deanie, que intentaba suicidarse tirándose a una catarata. O es posible que la verdadera catarata, el torrente de pasión del extraño triángulo que esa noche se citó, la llevará a perder la vida.
Por cierto, la Isla Santa Catalina se encuentra al Oeste de Los Ángeles. A estas alturas, todos sabemos que West es otra nueva W a relacionar en este tétrico asunto de la letra en cuestión. Sus restos reposan en el mismo recinto que lo hacen personalidades del entretenimiento como Truman Capote, Burt Lancaster o, más recientemente, Michael Jackson. El nombre de este camposanto es WestWood Village Memorial Park. De nuevo la W en un maldito capricho del destino y esta vez, incluso, con su apellido artístico incluido.
Las tres W principales de la trama, se reunieron juntas por última vez en el funeral. El coche fúnebre rodaba con velocidad lenta, sinónimo de lo doloroso que era llevarla a su tumba parecía como si con ello no hubiera muerto hasta llegar a su lecho final. Dentro de este coche fúnebre, el ataúd con Natalie Wood cuyo apellido significa madera, como el material del que estaba hecho el féretro y dentro del mismo coche su marido, Robert Wagner, cuyo apellido en alemán se traduce por carretero. A pie más familiares y amigos, entre los que estaba, como no, Cristopher Walken cuyo apellido en alemán se traduce por el que camina. Y aquí debemos pararnos, quizás por última vez en esta historia maldita, para darnos cuenta que las tres W tenían sus papeles dibujados por el destino con anterioridad, sus apellidos así lo demuestran. La madera dónde reposa nuestra bella protagonista, su marido como buen carretero es el que va en el coche y, finalmente, el caminante, Cristopher, que es la tercera W y quizás la clave de esta historia. ¿Es esto prueba que no existen las casualidades? Para algunos será una extraña casualidad lingüística, para otros un escalofriante colofón para una historia llena de misterio aún hoy.
Personalmente me hiela la sangre el haber buscado fotos para este reportaje y, en seguida, encontrar a Natalie Wood con sus manos extendidas y pegadas a su cráneo. Si manos y cabeza fueran líneas verticales estarían formando una gran letra W, de 3 brazos para no romper la trinidad. Se puede ver más arriba.
Personalmente me hiela la sangre el haber buscado fotos para este reportaje y, en seguida, encontrar a Natalie Wood con sus manos extendidas y pegadas a su cráneo. Si manos y cabeza fueran líneas verticales estarían formando una gran letra W, de 3 brazos para no romper la trinidad. Se puede ver más arriba.
El mensaje parece estar ahí, aunque una vez más el velo de la muerte nos traiga aires trágicos, sigue soplando una cierta brisa fría que hiela nuestros huesos. De vez en cuando también sale el sol, aunque la bella Natalie Wood ya jamás lo vea aparecer desde este misterioso planeta llamado La Tierra.
Vaya historia, digna de novela. Queda claro que la realidad supera la ficción. Buenísima.
ResponderEliminarEstá claro que hay cosas que nunca sabremos!
ResponderEliminarOtro misterio sin resolver. Me encantaba Natalie Wood. Me parece que varias escenas de su última peli, "Brainstorm" como bien dices, las tuvo que rodar una doble.
ResponderEliminarPor cierto, muy recomendable esta peli, que es una clara referencia para películas posteriores de Sci-Fi que han tratado el tema de la realidad virtual.
Brainstorm es muy recomendable si señor. Suscribo el último párrafo de Pakito 100%.
ResponderEliminarun link para verla por favor
EliminarYo creo que Natalie y sus amigos se pillaron una cogorza de impresión y el asunto se les fue de las manos....
ResponderEliminaralguien ha leido tu blog...
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